Son once paradas desde la Estación Baquedano (en una ruta de doce estaciones del Metro) y llegamos a la Estación Bellavista de la Florida y al “Mall Plaza Vespucio”. Mientras cruzamos la calle comienza la onda latina.
“Lagos Presidente” se lee en un rayado. Nos topamos con una escena navideña de tamaño natural que está siendo desmantelada. El Ángel, en una estrella de cinco puntas, con un círculo en el centro, está todavía colgando de un árbol sobre el niño Jesús. Este autor toma asiento en un restaurante al aire libre.
“Hoy en día, Chile es un país hipercapitalista mientras que Argentina, Venezuela, Ecuador Brasil y Uruguay cuestionan el libre comercio y los mercados abiertos. Puede ser que Chile esté sufriendo lo que se podría llamar ‘síndrome del favorito del maestro´. Otros tendrían que haber aprendido la lección.
“Por algún misterioso motivo sociocultural, somos el chico serio del barrio”, dice un consultor de negocios, “el alumno ‘nerd’ que hace todas sus tareas y que es aborrecido por sus compañeros.” Sin embargo, es quizás mejor ser lerdo y virtuoso que sanguinario y pinochetista.”
Este autor ordena una ensalada a la chilena. Las mozas visten camisetas azules sin mangas y pantalones grises ajustados. Entre un revoltijo de carteles rojos, amarillos, azules y blancos para las elecciones presidenciales, cables eléctricos y arbustos, apenas podemos darle un vistazo a la cordillera de los Andes.
Compitiendo con el tragamonedas del local vecino, el nuestro comienza a sonar. Despiden canciones entrelazadas, llenas de vida, pero melancólicas. Llega una ensalada de tomates picados y cebolla, le han echado aceite de oliva, al lado, un pan amasado.
“Chile ha sido un país muy gris por muchos años”, añadió. “Con la modernización se corre el riesgo de una mayor deshumanización”. “El Tratado de Libre Comercio con los EE.UU. ha agravado todos estos sentimientos contradictorios. Cada cual está luchando a brazo partido por el mismo status.”
“Les duele que Chile haya sido el primero. Me preocupa que los chilenos vayan a ser vistos como los nuevos fenicios de América Latina, buenos sólo para el comercio,” dijo María de los Ángeles Fernández de la Universidad Diego Portales. No es suficiente tener buenas relaciones. Debes tener también otros medios de comunicación.”
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